El Edge Computing,es decir, esa forma de que, tanto el almacenamiento de los datos como su procesamiento, dentro del paisaje general de IoT y Big Data, se sitúen lo más cerca posible del usuario o, concretamente, del dispositivo final. Hasta ahí supongo que estamos casi todos de acuerdo.

Y el caso es que esa tendencia, de pura descentralización, está pillando a muchos con el paso cambiado, chocando con estrategias de consolidación en curso, alguna de importantes proporciones. Igual para cuando algunos se han querido dar cuenta de cuál era la línea de evolución, otros están de vuelta, como si se tratase de un camino en cuyo final no hay salida.

Vivimos una época donde la línea divisoria entre los distintos modelos de negocio se ha difuminado y el panorama está envuelto en una, cada vez más, densa niebla.

Después de lo que me costó comprender en qué consistía aquello de la nube y su inherente componente abstracta, ahora va y resulta que el fenómeno atmosférico asociado es otro, sin ir más lejos la Fog Computing. Probablemente a ésta, y a no mucho tardar, le sigan la Wind, la Rain o el Hail Computing.

Por último, y volviendo a esta actual transición de la nube a la niebla, lo único que tengo claro es aquello que decía mi admirado FORGES de “quien en la Cloud se duerme, tormentado se levanta”. Ahora, mi nueva curiosidad se centrará en ver si de esta nueva y densa niebla empiezan a salir los gorilas de Dian Fossey, especímenes que, seguro, vendrán cargados de abundante material con el que poder confeccionar una saga como la de La Pantera Rosa, o sea, “EL REGRESO DEL NOTHING TEXT**”, “EL NOTHING TEXT ATACA DE NUEVO”, “LA VENGANZA DEL NOTHING TEXT”, etc. Y si no, al tiempo.

** Para los no iniciados, ver artículo “El nothing text” en nuestro blog.