Pues bien, como potenciales receptores de esa tecnología, merece la pena que echemos un vistazo a otros escenarios para ver un estado de las cosas que nos pueda servir de referencia válida. Hoy lo haremos, y en modo genérico, en el sector de la aviación.

A lo largo de los últimos meses, todos ellos de este mismo año 2023, se han desarrollado vuelos experimentales promovidos por dos empresas que están siendo pioneras en esto de la navegación aérea basada en el hidrógeno. Se trata de Universal Hydrogen y ZeroAvia.

La primera, el pasado enero, utilizando un aparato Dash 8 de 40 plazas, al que se le ha transformado el propulsor izquierdo para ser “movido” por un motor eléctrico de 1 MW alimentado mediante pila de combustible.

La segunda, con un vuelo inicial el 19 de enero (ligeramente anterior al de Universal que iba pisándole los talones), con un aparato Dornier 228 de 19 plazas al que, también, se le ha modificado el propulsor izquierdo equipándolo con sistema hidrógeno-eléctrico. A este primer vuelo en enero le han seguido, de momento, otros cuantos hasta un número total de 8 (el último hace unos pocos días) con cada vez mayor exigencia en cuanto a velocidad, altura y duración del vuelo.

Ambas iniciativas, que ya cuentan con una importante cartera de pedidos para reconvertir aparatos similares a estos primeros prototipos, tienen su vista puesta en el inicio de los vuelos con pasajeros para 2025.

Pero este camino no queda solamente en manos de este tipo de startups, sino que, por ejemplo, un gigante como Airbus ya ha planificado para 2026 un vuelo de demostración con su icónico A380 propulsado mediante motores eléctricos alimentados desde células de combustible y también mediante motores de combustión que quemarán hidrógeno.