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PQC

BIM también suma kVAs

POSTED BY Eloy Unda 02 de July de 2017

Estábamos ante un proyecto con una apariencia visual magnífica, pero con graves errores de concepto que ponían en riesgo la viabilidad de la solución.

Hace ya bastantes años, tuvimos la oportunidad de participar en la revisión del proyecto de un Datacenter de  primer nivel. Como suele ser habitual, lo primero que hicimos fue solicitar toda la documentación posible al respecto y, cuando ésta llegó a nuestras manos, nos pareció impresionante.Los planos tenían un nivel de detalle altísimo, el nivel de redundancia estaba, aparentemente, muy bien solucionado, y la apariencia general del proyecto era muy buena. En definitiva, tenía muy “buena pinta”. Tras esta primera impresión, nos pusimos manos a la obra y comenzamos con un análisis más detallado del proyecto.

Uno de los primeros aspectos que comprobamos fue el balance de potencia, un clásico en el que se suelen encontrar errores de concepto bastante importantes. En este caso no podía ser menos, y resultó que la suma de la potencia que había que cubrir con trafos, grupos electrógenos y UPSs había sido calculada en kVA y no en kW, siendo por tanto el resultado incorrecto. Si, además, concurría la circunstancia de que la selección de los elementos de capacidad se hizo en kVA, pues más leña al fuego, con lo que el resultado fue que parte de esos elementos de capacidad elegidos no eran suficientes para cubrir todas las cargas críticas. 

Este “pequeño fallo” implicaba que, o bien se modificaba el pedido de grupos electrógenos, UPSs, etc., sustituyéndolos por otros de mayor potencia, o bien se reducía la potencia IT del proyecto. La primera opción suponía un incremento de plazo y coste, mientras que la segunda alternativa alteraba los planes del departamento de informática.

Conclusión, estábamos ante un proyecto con una apariencia visual magnífica, pero con graves errores de concepto que ponían en riesgo la viabilidad de la solución.

Ya han transcurrido unos cuantos años y las herramientas que existen ahora son mucho más potentes que las que teníamos entonces. Se pueden simular CPDs en 3D, se pueden predecir los comportamientos térmicos de sala con CFD, se puede llegar a un nivel de detalle impensable hace poco tiempo, y se puede facilitar tanto el trabajo de los ingenieros como el de revisión y aceptación por parte de los clientes. Además, estos programas permiten generar un modelo que puede ser posteriormente utilizado por el personal de mantenimiento.

No cabe duda de que todas estas nuevas herramientas son tremendamente potentes, diría que casi imprescindibles, y es por ello que nosotros las utilizamos y aconsejamos su uso a cualquiera que se dedique al diseño.

Sin embargo, todos sabemos que un Ferrari con un conductor novel a sus mandos tiene muchas posibilidades de acabar en la cuneta. Volviendo a la anécdota inicial, ninguna herramienta, programa, o software nos libra de cometer errores de concepto que hacen que un proyecto de apariencia impecable contenga escondida alguna sorpresa que, como ocurría en aquel proyecto, suponga un grave perjuicio para la propiedad.

Por tanto, la presencia de un equipo especializado es imprescindible en cualquier proyecto de nivel que se precie. O, dicho de otra manera, sigamos dando importancia al “know how” de las personas porque, igual que ocurría con calculadora y tinta, en las herramientas ocurre lo que comúnmente se ha dado en llamar el síndrome de la hoja de cálculo o efecto Excel. En definitiva, si se lo pides, BIM también suma kVAs.

Eloy Unda