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PQC

El aterrizaje de la computación cuántica

POSTED BY Garcerán Rojas 27 de April de 2023

La noticia saltó a los periódicos todavía no hace ni unas pocas semanas. El sexto ordenador cuántico de IBM ya tiene ubicación.

Tras los ya construidos (Alemania y Japón) o en proceso de construcción (Estados Unidos, Corea y Canadá), el número 6 estará localizado en San Sebastián. Curiosamente dos en Asia, dos en América y, a partir de ahora, dos en Europa.

La presentación de este proyecto, promovido por la Consejería de Educación del Gobierno Vasco (concretamente dentro de la Viceconsejería de Universidades e Investigación) tuvo lugar a finales de marzo y los plazos ya están corriendo para su puesta en marcha a finales de 2024.

El evento ha sido cubierto por los medios con abundantes datos de carácter local, pero para enmarcar los volúmenes de los que estamos hablando, hemos recopilado algo de información sobre la evolución de esta tecnología dentro de la misma IBM, socio tecnológico principal del proceso en cuestión.

La idea de IBM, publicada en la prensa especializada, era la de lanzar en 2023 su computador cuántico Condor, el primero de uso general con más de 1000 qubits, en concreto 1.121. Asimismo, y también para 2023, se esperaba el lanzamiento de una nueva serie de procesadores cuánticos modulares (Heron) con los que la Compañía confía en conseguir una producción que pueda rebasar la cantidad de 4.000 qubits para 2025, salvando los problemas a los que se ha enfrentado hasta ahora a la hora de escalar el número de qubits en su hardware.

Conviene precisar, antes de nada, que existe una importante diferencia entre el número de qubits disponibles para el caso de uso, llamémosle, “abierto”, que, para el caso de procesos de investigación, llamémosles, “cerrados”. Para esta aplicación ya existen precedentes con más de 1000 qubits pero Condor será el primero en superar esa cifra para un uso general.

Los expertos afirman que la auténtica supremacía cuántica, que ya se presume por demostraciones previas con un número de qubits aún reducido, mostrará su verdadero “poderío” con los números de los que estamos hablando ahora (por encima de los 600 qubits). Conviene recordar que, a diferencia de la computación clásica donde un bit más, simplemente se añade como tal a la capacidad global del sistema, en la cuántica, cada qubit la duplica lo que nos conduce a una progresión geométrica imparable.

IBM ha ido creciendo en el número de qubits desde su lanzamiento, en 2016, del primer computador cuántico en la nube, dotado de 5 qubits, pasando por el “Falcon” en 2019 con 27, el Hummingbird en 2020 con 65, el Eagle en 2021 con 127 (el primero por encima de 100) y el Osprey en 2022 con 433.

Los planes, para un futuro a corto plazo, presentan el lanzamiento del “Flamingo” para 2024 con 1.386 qubits y para 2025 nada más y nada menos que uno de 4.158 para el que se les ha ocurrido el nombre de “Kookaburra”.

Todo este asunto de la computación cuántica es apasionante, pero no sé yo si salir al mercado poniéndole a la joya de la corona el nombre de “cucaburra” es una buena forma de empezar. Sí, de acuerdo en que se trata, simplemente, del nombre de un ave (el dacelo) originaria de Australia y Nueva Guinea, pero por si no fuese poco lo del nombrecito, resulta que, además, su reclamo es increíblemente parecido a la risa humana.

O sea, que ojo al parche, que luego pasa lo que pasa y empezamos con “la burra (cuca) a brincos”.

Garcerán Rojas