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PQC

El milagro de las certificaciones

POSTED BY Garcerán Rojas 07 de December de 2022

Normalmente, cuando hablamos de certificaciones, lo hacemos casi exclusivamente sobre los niveles más altos en cuanto a redundancias se refiere, no siendo habitual que hablemos de las topologías más bajas, al menos no en cuanto al hecho de reconocer que lo son y certificarlas.

Centrándonos en la certificación pionera y más extendida actualmente, la de Uptime Institute, el número actual de TCCFs (Facility) en todo el mundo, está repartido entre 23 Tier IV, cerca de 500 Tier III, 10 Tier II y 1 Tier I.

Los Tier II se encuentran: en Oriente Próximo 4 (Arabia Saudí, Dubai y 2 en Qatar), en Centroamérica 3 (República Dominicana, Nicaragua y Jamaica) y 3 en otros lugares tan dispersos como Luxemburgo, Bostwana y Mongolia), mientras que el único Tier I se encuentra en Arabia Saudí.

Es más que probable que la elección del nivel de topología esté muy justificada en una buena parte de estos casos. De hecho, el Tier I está otorgado a un centro de supercomputación donde, en principio, la topología tiene una importancia relativa y donde, además, se dispone de calificación GOLD en sostenibilidad operativa.

Sin embargo, es casi seguro que, tanto en esta modalidad de certificación como en otras que surgieron siguiendo su estela, habrá más de uno que, de verdad, esté pensando que su “premio”, aunque sea en los niveles más básicos, les da naturaleza de “elegidos para la gloria”

Recuerdo hace unos años, cómo en un acto de entrega de las certificaciones anuales sobre data centers, en presencia de los directivos del organismo y autoridades locales, pasó a recibir su placa el responsable de un data center calificado en el escalón 1 (el más básico) y con una puntuación en operación en tercer peldaño (BRONCE). Es decir, lo que venía a decir la placa era que se trataba de un centro con la peor de las topologías y el nivel de operación más pobre. Y, sin embargo, el tipo no sólo subió tan feliz a recoger su reconocimiento, sino que, además, sonreía para la foto.

Recibir un reconocimiento siempre agrada, pero hay que saber apreciar la diferencia entre un certificado y un premio para, entre otras cosas, evitar que alguien pueda decir que la placa que se otorga vale más que el data center. Reconocerlo abiertamente y, encima, llevarlo como emblema, no deja de tener su mérito y en ello radica, en parte…

...este MILAGRO DE LAS CERTIFICACIONES

Garcerán Rojas