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PQC

La Smart City en el "Lado oscuro de la luna"

POSTED BY Garcerán Rojas 25 de February de 2022

Cuando Pink Floyd presenta lo que podríamos considerar su obra magna, en ese momento, el mundo se encontraba en las postrimerías (muerte, juicio, infierno y gloria) de una transformación sin precedentes en la humanidad, la relacionada con el pensamiento tecnológico. Pocos años antes el hombre había llegado a la luna.

El lanzamiento del álbum “Dark Side of the Moon” (una referencia a la locura, en oposición al espacio exterior) se produjo en marzo de 1973 asumiendo un gran riesgo, hace de esto ya casi medio siglo. Creyeron en ellos mismos y en su capacidad creativa.

La belleza y poesía de estas composiciones y su musicalización siguen vigentes. Su diseño con contenidos culturales, espirituales, narrativos, críticos, marcaron un hito en la historia de la música del Rock y del cual nos seguimos beneficiando. También les permitió trascender y de paso, en su abundante creación, obtuvieron resultados con beneficios multimillonarios por la venta de 60 millones de copias en todo el mundo. De esta manera precipitaron sus ideas y creaciones a la realidad y empezaron a SER en el contexto musical y cultural del Rock universal.

Existen muchas músicas de rock y luego esta “Dark Side of the Moon”.

Este álbum narra las presiones a las cuales se someten los músicos. Mi preferida es “The Great Gig in the Sky” (el gran concierto en el cielo) que expresa la tristeza y la llegada de la muerte (hace referencia a la escena de la película el Mago de Oz, cuando la casa es arrancada por un tornado y aterriza en el territorio de Oz), una pieza épica que, en realidad, nos marca la importancia de estar vivos y del paso del tiempo como algo irremediable. Los solos vocales son impresionantes y evocan el grito sobre el amor por la vida.

Posteriormente a la revolución tecnológica evoluciona y sobreviene la digital (aunque hay sectores que persisten en el pensamiento mecánico de principios del SXX) que es la que estamos transitando hoy en día. La idea de SMART CITIES está en el centro de esta tendencia humana.

Si bien en sí misma la SMART CITY se erige ante nuestros ojos como una entelequia que tibiamente aterriza de manera parcial en la realidad del mundo, su “Dark side of the moon (hoy remasterizado gracias al mundo digital) es su capacidad de insistir en fundirse en la diversa como presente planificación real del territorio. Dependiendo de las regiones de las que hablemos.

Es que la planificación urbana parecería que está sujeta hoy a conversaciones que se alejan del bien común de las sociedades para centrarse en puntos intrascendentes que pretenden dar soluciones haciendo siempre lo mismo a suerte de “Brain damage”, administrando todo como urgente y sin asumir una vocación de acción concreta que haga una verdadera diferencia.

[La ciudad] es el intento más exitoso del ser humano de rehacer el mundo en el que vive de acuerdo con el deseo más íntimo de su corazón. Pero si la ciudad es el mundo que el ser humano ha creado, es también el mundo en el que a partir de ahora está condenado a vivir. Así pues, indirectamente y sin un sentido nítido de la naturaleza de su tarea, al hacer la ciudad, el ser humano se ha rehecho a sí mismo.

Robert Park[1]. “On Social Control and Collective Behavior”, Chicago, 1967.

Desde hace muchos años los emprendimientos de rehabilitación urbanística de importancia que sirvan de faro (ejemplos del pasado: Zonas portuarias de NYC y New Jersey, New Orleans, Puerto Madero de Buenos Aires, Rotterdam, Boston, Sydney, etc) decrecen. Hay muchos proyectos singulares y pocas realizaciones. Por lo tanto, una baja satisfacción en medio de recursos económicos extraordinarios en la historia de la humanidad.

Sí observamos un “new age” de “incertidumbres creativas” impulsando a diferentes sociedades y ciudades y que no terminan de precipitar en proyectos integrales que aporten TRANSFORMACION efectiva y sustentable. Una de sus limitantes es el insight creado por el propio pensamiento de sus promotores, un asunto a solucionar con algunas conversaciones previo oír “Us and them” del mismo álbum de Pink Floyd.

Sobran ejemplos de ciudades y pueblos que no pueden avanzar por falta de perspectivas y criterios que aporten valor y excedan el mero desarrollo urbanístico, actualmente simplificado por la solo existencia de reglas a cumplir.

Siendo que la demanda de modernización y rehabilitación, más allá de lo residencial, es cada día mayor, importa impulsar bases culturales, tecnológicas, digitales, económicas de carácter mixtas en los tejidos urbanos existentes y a crear, con nuevos espacios que den respuestas concretas a los seres humanos y sus nuevas formas de vivir. Al menos algo ya en marcha y no suficiente.

La flexibilidad y exposición a procesos creativos que liberan y potencian a cualquier sociedad dejan en ella valor y oportunidades inconmensurables de recursos.  Un ejemplo de ello es el propio edificio de la Fundación Guggenheim en Bilbao, España y el efecto urbano, social, económico de su emplazamiento.

La SMART CITY, entonces, la creamos en sí misma como un tornado que pretende generar nuevas ideas y soluciones en nuestro entorno. La imagino como la fuerza que arranca definitivamente y aterriza en el territorio todo lo que es posible con lo digital: el infinito.

La digitalización de las ciudades y sus habitantes es un hecho urbanístico real, creativo, de planificación con soluciones inimaginables que requiere tomar velocidad e instalarse en el pensamiento interdisciplinario de cara al futuro de las ciudades y territorios AHORA. Su impacto no es solo en las urbes. Proyecta un mundo sin precedentes para la evolución del ser humano y requiere de una CULTURA que lo sustente. En tal sentido, no hay ningún desarrollo posible sin un aspecto cultural que lo cobije, de lo contrario solo habrá acciones sin direccionalidad, es decir sin logro. Una pérdida de tiempo y recursos en el espacio.

El mundo digital y la nube es solo una representación icónica como irreal de lo que se necesita para funcionar. No ayuda a su comprensión.

SMART CITIES, es, en gran medida, el gran concierto en el cielo ( “The Great Gig in the Sky”). Es el grito a la vida que aterriza en el territorio empezando por los edificios de misión crítica que son condición necesaria y su sustento para su puesta en marcha. Veámoslo como un futuro ya realizado: Lo que sucedió en el territorio es la proliferación de Data Centers que consolidaron la red de conectividad necesaria: Transporte, comunicación, servicios, edificios, empresas, Estados, organizaciones, viviendas, personas, movilidad, aeropuertos, hospitales, parques, museos, y un gran etc. que compusieron la SMART CITY.

Esta infraestructura real, imprescindible, básica, medible, tangible, condicionada en el tiempo y el espacio es nuestra especialidad. Un Data Center podría ser un edificio anodino o emblemático, un hito urbano o algo escondido, todo depende desde el punto de vista en el que nos posicionemos.

En PQC nos encanta y apasiona contribuir y ser el lugar donde aterrizan estos criterios, ahí donde nuevas formas de vivir se hacen posibles.

Sabemos de presiones en nuestra expresión profesional y queremos ser ese grito de vida que acompaña a lo que quizás sea la mayor evolución en la historia del ser humano hoy: SMART CITIES, “Any colour you like”

Hace 25 años que lo experimentamos, aunque estemos en “El lado oscuro de la luna”.

Tómate un momento y disfruta ahora de Pink Floyd, luego nos llamas para tomar el riesgo porque creemos en ti con nuestra capacidad creativa.

Tenemos con qué contribuirte y PQC lo logra.

Redactado por Juan Giaccardi

Garcerán Rojas