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Las nuevas oleadas y el rebaño

POSTED BY Garcerán Rojas 25 de February de 2021

En unos días se va a cumplir un año de la declaración de estado de alarma y de sus primeras consecuencias, con un confinamiento absoluto que nos mantuvo en dique seco durante una temporada demasiado larga.

Tan es así que las ciudades se vaciaron, lo cual dio lugar a la “pintoresca” entrada en ellas de determinadas especies de animales inusuales por estos pagos. Jabalíes y rebaños enteros de cabras son, entre otros, documentados ejemplos de ello.

Alcanzada la que se denominó "nueva normalidad", y aunque más de un insensato con poder anunció el final de la oscura historia, la siguiente amenaza estaba a la vista.

Fue por esa época cuando publiqué unas consideraciones (ver "La aplicación de la teoría de control como ayuda en la pandemia") sobre los modelos de reacción que podían darse ante la innegable posibilidad de rebrotes generalizados de la infección. Entre ellas, la que los auténticos expertos consideraban como muy probable era el resultado de bruscas reacciones en los dos sentidos: el de contener y el de liberar, expresadas claramente en el siguiente gráfico y cumplidas luego en la realidad de forma casi milimétrica.

Decía entonces que para evitar procesos como este y poder aplicar algo más conveniente para el conjunto de la sociedad, en primer lugar, tenía que entenderlo quien dirige las operaciones y no veía yo al personal demasiado sobrado, ni de conocimiento, ni de tiempo para adquirirlo (el ejemplo clarísimo lo tuvimos en la, por decirlo suavemente, falta de “convicción” para limitar la excesiva asunción de riesgos durante las recientes navidades).

Pero, en segundo lugar, y dado por supuesto que el primer y duro filtro iba pasando, tampoco veía yo al fulano de a pie como muy dado a entender lo que se le estaba pidiendo. No hubo más que ver los resultados de los primeros tiempos de libre movimiento. A las primeras de cambio, el personal se echó al monte, quizá como reacción vengativa a la toma de las ciudades por las cabras, persiguiendo a los rebaños de estas hacia su hábitat natural. Y así nos fue.

Llegados a las fechas actuales, parece que el panorama es bien distinto con la llegada de las vacunas e, independientemente de los ritmos que cada comunidad está dando al proceso, el horizonte es otro y, ahora, la fecha clave para darle matarile al bicho es aquella en la que se pueda, al fin, conseguir el ansiado objetivo de reducir la tasa de contagio a niveles que provoquen la progresiva extinción de la amenaza.

¿Y cómo se le ha llamado a ese estado colectivo que permita dar los últimos pasos en esta batalla?

Pues, como no podía ser de otra forma ¡INMUNIDAD DE REBAÑO!

El término no puede ser más preciso en su adecuación a esta historia. Mira tú por dónde, no nos podemos esconder: ¡Nos tienen “calaos”!

Garcerán Rojas