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PQC

Los análisis de calidad de red y otros estudios específicos

POSTED BY Garcerán Rojas 19 de November de 2019

Cuando, allá por 1995-96, comenzamos nuestra actividad como analistas de Power Quality, pocos eran quienes habían realizado, hasta entonces, un análisis de calidad de red.

Y entre esos pocos, la mayoría disponía del correspondiente estudio perfectamente colocado en la estantería. Así, sin más. Cuando les preguntabas cuáles habían sido las conclusiones, la respuesta era bastante común: “Bueno, creo que hay bastantes armónicos”. Otra vez así, sin más.

Se trataba, por lo general, de informes consistentes en una sucesión indiscriminada de curvas y gráficos sobre los cuales apenas se había realizado un filtraje y, mucho menos, un diagnóstico certero que mostrase al cliente los aspectos determinantes de su instalación con relación al problema supuestamente investigado. De hecho, en varias de esas referencias, el informe era, directamente, el que salía de forma automática del registrador

En una especial ocasión, hace ya demasiados años, tuvimos la oportunidad de realizar un análisis en un entorno aeroportuario donde, históricamente, se daba una serie de funcionamientos anómalos y recurrentes en los elementos de protección de algunos componentes básicos del sistema. El caso es que, tras el estudio de PQC, el asunto quedó identificado y resuelto de forma inequívoca, pero lo sorprendente fue encontrarnos con un estudio-análisis preliminar realizado por expertos especialistas en emisividad y susceptibilidad electromagnética.

El informe en cuestión, que hacía unos ocho centímetros de espesor, estaba compuesto por cuatro páginas iniciales de antecedentes, una media página final de, por llamarlo de alguna manera, “conclusiones” que no llevaban a ninguna parte, estando todo el resto de los 8 cm.  (más o menos unos 7,98) compuesto por una interminable sucesión de curvas en las que se mostraba la medición de los dB/mV en distintos puntos de la instalación. Y nada más que añadir como comentario.

Han pasado los años, pero las formas siguen manteniéndose firmes. Según cuál sea la actividad en la que nos movamos, siempre existen vías de salida ya preestablecidas para cuando algo se aparta del camino previsto.

Conocidos son los recursos que, para hacer frente a lo que no se sabe (o, más certeramente dicho, a lo que se ignora por completo) tienen lugar en casi todas partes. Y si se dan en lo político, en lo deportivo o en lo social, como para no seguir haciéndolo en lo técnico.

Por ello, el sector nuestro no puede ser una excepción a esta regla, o sea que si quien pueda leer esto se enfrenta a una situación de esas donde abundan los datos, pero ni pajolera de lo que significan, una de dos: o adelante con los faroles, puesta en marcha del ventilador y una de informe a lo bestia incorporando todas las tablas, gráficas, comparativas, incluyendo la letra pequeña (matiz este tremendamente importante para la credibilidad del documento y, sobre todo, para cansar al personal a la hora de hacer el esfuerzo de buscar las inexistentes conclusiones), o llamar a quien entienda de verdad de la materia y sea capaz de aprovechar los datos para algo más que para llenar un documento.

¡Dicho queda!

Garcerán Rojas