PUE y eficiencia.
Continúa el barullo
Decía hace unos días que, con el objeto de no liar demasiado las cosas, seleccionemos bien las fuentes para que este asunto de la eficiencia y la sostenibilidad no se convierta en un auténtico barullo.
Pues bien, incluso seleccionando esas fuentes, uno se encuentra también con planteamientos que pueden llegar a confundir. Este es el caso de una afirmación que ya he visto en varios lugares, el último de ellos de prestigio. Viene a decir que cuando mejoras tu nivel de PUE, la proporción de consumo IT, propiamente dicha, cobra valores muy altos lo que hace que te des cuenta de lo que representa realmente.
Cuando era más joven, si alguien soltaba algún razonamiento de esta índole, solíamos decir aquello de “te habrás quedado calvo detrás de la oreja”.
No discutiré la obviedad, pero sí la forma de plantearla. La parte IT tienen una personalidad propia e independiente y constituye un consumo principal altamente mejorable, y para entrar a saco en su análisis no se debería utilizar apoyos externos de mucha menor representatividad (la parte E&M sí que está relacionada con la IT por unas ciertas proporciones que se intentan mejorar, pero proporciones al fin y al cabo. A la inversa nunca).
Datos muy recientes apuntaban que el 65% del consumo IT global se estaba utilizando para efectuar solamente el 7% del trabajo útil, lo que nos lleva a determinar, sin duda, la parte IT como la diana prioritaria en esta competición de tiro, sin que estemos necesitados de buscar otras excusas.
Cuando uno tiene que tomar medidas en lo económico dentro de su entorno familiar, sería ridículo que se dé cuenta de lo que gasta en tabaco solamente después de haberle quitado el chocolate al loro. ¡Ay! si Ken Brill levantase la cabeza…, con lo poco que le gustaban los barullos.
Para quienes no manejen con soltura estos términos, repetir aquí a modo de ejemplo, unos valores numéricos muy sencillos. Consideremos un data center con 1000 kW IT en el que se utilizan otros 500 kW para la parte electromecánica. El valor de PUE resultante es de 1,5.
Imaginemos ahora que las buenas gentes del lado IT consiguen mejorar el rendimiento de su parte, consiguiendo hacer el mismo trabajo con la mitad de la potencia (500 kW), algo por otra parte perfectamente alcanzable en muchos lugares. Y, por último, veamos a las gentes de la parte E&M recomponiendo sus enfriadoras, UPSs, etc., para reducir 200 kW de los 500 iniciales, dejándolos en 300. El valor de PUE resultante será, por tanto, 800:500 = 1,6. La pregunta surge de forma inmediata: ¿Cuál de los dos escenarios es más eficiente, el de PUE 1,5 o el de PUE 1,6?
Claramente, el escenario 2, aunque con PUE más alta, consigue realizar el mismo trabajo con casi la mitad de la potencia, con lo que su eficiencia, considerando ésta como el trabajo útil realizado por unidad de energía incidente, es casi el doble.