SERVICIOS EN LA NUBE (de humo).
Reconversión de edificios antiguos para su uso como data center.
NUBE (Del lat. nubes).
1. f. Masa de vapor acuoso suspendida en la atmósfera.
2. f. Agrupación o cantidad muy grande de algo que va por el aire. Nube de polvo, de humo, de pájaros, de insectos.
3. f. Cosa que oscurece o encubre otra, como lo hacen las nubes con el Sol.
Leyendo estas tres acepciones de la palabra “nube” de seguido, una tras la otra, vemos como el término, en un principio es liberador, pues la masa se expande, se suspende en la atmósfera… se vuelve ingrávida pues su peso se diluye al ocupar el espacio, flota. Pero después se va convirtiendo sin querer en algo molesto, polvo, humo, insectos… para terminar oscureciendo el Sol. O encubrir otra cosa.
Démosle una vuelta de tuerca al asunto.
He aquí dos nubes de creación antrópica. Hemos querido ponerlas una al lado de la otra, para invitar al lector a establecer un diálogo visual entre ellas y sugerirle una observación que genere en su foro interno un debate sobre sus semejanzas y diferencias.
Por lo pronto, una es de fuego, otra es de agua. Una nube digamos que es voluntaria y otra involuntaria, por tanto, una intencionada y la otra accidental. Podríamos decir que una es exitosa y la otra es un desastre. Una es reversible, y la otra es irreversible. Ambas son borrosas.
Hemos lanzado algunos comentarios, desordenados a posta, por cierto, para encender la mecha y que cada uno elabore sus propias conclusiones. El fin de este ejercicio era solamente provocar un calentamiento, seguramente ya se habrá formado mínimamente un marco conceptual y una atmósfera de reflexión.
Vayamos, entonces, al asunto.
Parte 1: la larga espera
Llevamos tiempo atentos al noticiario internacional para conocer, con verdadero detalle, las circunstancias en que se produjo el incendio en las instalaciones de OVH en Estrasburgo, en marzo de hace ya casi un año.
Seguro se terminará perfilando un retrato robot más bien fiel a aquella nocturna realidad, por la sed de verdad del mercado afectado, desde las compañías adscritas a OVH hasta las aseguradoras. Ahora bien, con el tiempo veremos si los rasgos de ese retrato interno coinciden con el retrato externo, revelado públicamente, una vez deje de ser secreto de sumario. Esperemos, además, que no salga vestido de paisano dentro del plan de salir a bolsa con la AMF, la Autorité des Marchés Financiers, pues por hacerse público, quiera aparentar cierta corrección política.
Por ahora, como si de una partida de Cluedo se tratara, parece que fue el amo de llaves, con el candelabro, en la Sala de UPS.
Hasta ahora, silencio, humo, cenizas...
Ya sin crepitar, lento…
…parece…
… que queda menos para la hora de resembrar.
¡Que llueva, pues! ¡Precipítense los datos sobre la tierra yerma!
Esclarecer este asunto no sólo arrojará luz interna en el calcinado escenario sino, fundamentalmente, luz externa que alumbrará el camino al Sector, con sus alertas y lecciones aprendidas, para incorporarlas al savoir faire común.
Parte 2: en ninguna parte, pero aquí
Desde luego, el informe presentado por OVH a la AMF, cuyo registro fue aprobado por esta el 17 de septiembre de 2021 (puede ver el texto completo aquí: (https://ipo.ovhcloud.com/sites/default/files/2021-09/OVH%20Groupe%20-%20Document%20enregistrement%20-%20vdef.pdf), no hace más que aumentar la incertidumbre, alimentar el morbo y convertir las expectativas en una especie de abismo para el potencial inversor. A lo mejor luego es sólo un bordillo, pero a priori, da vértigo.
En su capítulo 3.4 de “riesgos ligados la actividad de OVHcloud”, la compañía advierte que “está sujeta a los riesgos resultantes de un gran incendio en su centro de datos en Estrasburgo”.
Si bien la compañía se enfrenta a unos costes derivados del incendio, pérdidas tanto de no beneficios como de gastos, que podrían rondar los 120 millones €, el seguro, en teoría, les cubriría prácticamente la mitad, 58 millones €.
Imaginamos que en este casi ya un año, la letra pequeña del contrato entre aseguradora y asegurado se haya hecho inmensa. Imaginamos también que, para la siguiente partida, el comodín de la aseguradora ya estará utilizado, carta arriba sobre la mesa y que, por tanto, más valdrá a OVH no ir de farol y contar con una buena mano…
Sigamos con el informe.
“Muchas instalaciones de OVHcloud están ubicados en naves industriales antiguas que pueden tener defectos estructurales y deficiencias ambientales existentes (…) En función de la antigüedad de estos edificios, el sector de actividad del antiguo ocupante y los sectores de negocio de las instalaciones vecinas, algunas de las fábricas de OVHcloud podrían presentar defectos estructurales y ambientales existentes que pueden presentar riesgos de seguridad y cumplimiento u obligar a OVHcloud a gastar sumas significativas para remediarlo”.
En ninguna parte, pero aquí. No siempre, o más bien, casi nunca, los data centers se alojan en edificios erigidos para tal fin. Se pone un dedo en el mapa, en base a una estrategia y de repente, aparecen unos condicionantes de partida, como cuando levantamos una piedra y encontramos un bicho. A continuación, deberemos de resolver cual fuere de los problemas que vengan.
Puesto que es ciertamente habitual adoptar la estrategia del cangrejo ermitaño (parafraseo el texto de los Data centers y el ruido): “misma carcasa, diferente inquilino, con otros muebles y planes…” nosotros hemos de lidiar a diario con esta circunstancia, convirtiendo el contenedor heredado en un escenario capaz de albergar a la nueva función.
El inconveniente es que, al entrar uno en traje ajeno, se ha de producir una adaptación del cuerpo a la envolvente. Como dirían los británicos, “we must fit”, en una suerte de “retrofit”. Se origina una nueva disposición funcional, una espontánea relación interna para con el edificio existente. La sectorización, la protección pasiva, los sistemas de detección y extinción, etc., se han de rediseñar a posteriori, a hechos consumados. Esto causa que los costes de la protección acaben siendo partidas con cierto calado. Según el informe para la AMF, OVH dedicará de 10 a 12 millones € a reforzar la seguridad ante incendios en todos sus centros (cantidad muy próxima, por cierto, a lo que aproximadamente dedicará nuestro Gobierno a I+D+i en este 2022, salvando las distancias de cada escenario, claro).
Suele ocurrir, además, que no se vea en muchos casos optimizada la relación de masa de la estructura del edificio con los nuevos requerimientos anti-fuego. Traigo a colación el factor de forma de un perfil metálico, su masividad. Es la relación entre el perímetro expuesto al fuego y el área de la sección transversal del perfil que encierra ese mismo perímetro. Es inversamente proporcional: a mayor masividad, más cantidad de mortero ignífugo o pinturas intumescentes deberemos aplicar sobre el perfil para conseguir la resistencia a fuego deseada.
Por tanto… ¡no nos queda otra que reducir la exposición!
Parte 3: reencarnación.
Según el informe de OVH, en torno a 34,2 millones € han supuesto la pérdida de servidores afectados y la fabricación de servidores de sustitución. Puesto que nuestra Nube se condensa en entes corpóreos y si no, no hay Nube, imaginemos la de cosas que podríamos hacer para replicar las almas de estos pobres servidores en otros cuerpos, alejados del calor, mediante la réplica, la topología, la redundancia (de la redención, ya que estamos místicos), antes de que se le ocurra asomar al fuego de justicia.
Como en cualquier otro ámbito, hay compañías que simultanean la proyección empresarial con sólidos criterios y un buen timing de crecimiento, encontrando trajes a medida y una buena sincronía del negocio con el edificio elegido, pero también hay muchos casos que, por lo que fuere, no se alinean todos estos factores y la mise en place no sale como uno desearía.
Y es que cualquier corporación necesita “formar un cuerpo”, esto es, constituirse en un espacio físico, tangible, construido. Por tanto, nos enfrentaremos, de un modo u otro, a la decisión de dónde alojar nuestros datos. La importancia de esta decisión se acrecienta cuando ha ardido el emplazamiento elegido y ya se ha malgastado una de las siete vidas.
En los casos en que se opta por reutilizar un edificio ya construido, nacido para otro uso que el de albergar un centro de proceso de datos, se ha de valorar profundamente la compatibilidad del contenedor con el contenido. Es fundamental conocer la interrelación del data center con el ámbito en el que se inscribe, tanto la interrelación de los usos internos y externos con los que conviva, como con el entorno urbano próximo y con la realidad física construida que le dará soporte.
Practicar una relación interespecífica como es la tanatocresis, por continuar el símil con el cangrejo ermitaño, requiere de un análisis de patologías previas, vicios ocultos, incompatibilidades morfológicas, funcionales, normativas, etc. que permita elaborar un diagnóstico de compatibilidad. Sin esa evaluación, es muy probable que las omisiones y exclusiones en el contrato del asegurado se hagan demasiado relevantes en caso de accidente.
Ya que nos vamos a reencarnar, reencarnémonos sin achaques, ¿no?.
Conclusión
Volviendo al caso concreto de OVH, el cuerpo pide que esta nube de humo se condense y precipite. Que se aterrice la información de lo sucedido en aquel incendio y se revele lo acontecido. Sería interesante profundizar en el caso para reducir la incertidumbre, permitiendo quizás extrapolar los resultados a otros centros y detectar sus puntos débiles, con el objetivo final de maximizar su fiabilidad.
Queremos saber, cultivarnos. Porque cultura tiene la misma raíz que cultivar, que es algo así como repetir una serie de ritos en el tiempo. Colonizar un lugar, asentarse e ir mejorando a base de repetición de aquellos éxitos aprendidos y de no repetición de aquellos errores cometidos. Una vez se detectan los vicios ocultos, tanto del entorno físico en el que vive el data center, como de las malas praxis internas de una compañía, puede ser más concreto, controlado y rentable el plan de mejora de las instalaciones.
O sea, que mucho cuidado a la hora de reconvertir edificios y estructuras existentes en soporte de infraestructuras para data centers. Que no sólo nos encontramos con el consabido hecho de que quien con fuego juega se termina quemando, sino también que quienes más de cerca ven el asunto pecuniario, no van a estar más por la labor de garantizar, ni los continentes, ni los contenidos, por vía del sector de los seguros.
Estamos bien avisados.