La rueda de prensa del Presidente del Gobierno, un día después del incidente, presentó unas características que, no sé por qué, a mí me estaban resultando algo familiares.

Independientemente del sesgo político-ideológico que rezumó toda la exposición y que ya ha quedado tratado en otros comentarios, como el de ayer de mi admirada Aina Juliol, lo que percibí muy claramente es que el esquema básico de la exposición se correspondía exactamente con lo que hemos dado en llamar, en nuestro mundo de los data centers, el “manual de comunicación” después de un cero l ( ver “Caída del data center de Yandex, el “Google ruso” o “Las réplicas”).y que consiste en:

• Inicialmente, en afirmar que aún no se saben las causas, pero que la investigación se encuentra en buenas manos.
• A renglón seguido, comunicar que se está trabajando de forma denodada para establecer el servicio por completo, aunque sin reconocer responsabilidad alguna en el suceso.
• En tercer lugar, afirmar que mediante estos trabajos se va a conseguir que el incidente no se vuelva a repetir

Y para rematar la faena, una de las variantes que recoge el manual, elegida en este caso por el Sr. Presidente, es venirse arriba y empezar a predicar lo buenos que somos.

En cuanto a los temas técnicos asociados al suceso, y como comenté en el post de ayer, debemos seguir siendo bastante cautos a la hora de emitir opiniones en tanto no conozcamos la causa raíz de este siniestro, aunque ya se apuntan explicaciones bastante coherentes a las que aludiré en otro momento.

Pero lo que, en definitiva, me queda como conclusión me deja algo triste. Resulta que lo que yo creía que era exclusivo de nuestro pequeño mundo de los CPDs va a resultar que es una corriente más que generalizada.

O sea, que no hemos sido nada originales.