El suceso tuvo lugar sobre las 8:10 de la mañana y se produjo en plena ola de calor en la zona, donde se llegaron a alcanzar en esos días los 40⁰C.

¿Es ello una causa suficiente como para hacer caer un sistema de alto nivel de exigencia como un data center? Evidentemente no, y los cálculos se efectúan normalmente con unos coeficientes de seguridad que tienen en cuenta los peores escenarios previsibles. La pregunta inmediata es si lo que está ocurriendo ahora entraba dentro de lo previsible.

De hecho, al consultar la tabla de ASHRAE para Londres, nos marca un n=20 de 36⁰C y un n=50 de 37,3⁰C, ampliamente superados en esta ocasión. Uno diría que existen países donde la ola de calor actual sí que supera los valores precedentes, pero no por mucho, pero que hay otros donde el mapa les está alternado significativamente sus condiciones.

Independientemente de si el suceso ha sido provocado por un fallo de la instalación en su funcionamiento dentro de los límites proyectados o si, por el contrario, los límites previstos se han excedido, lo que parece obvio es que más temprano que tarde los criterios para seleccionar las temperaturas de referencia y otras variables cuya tendencia al alza pueda estar asociada al cambio climático, es probable que deban ser modificados. Y es que, no sólo Google ha sufrido las consecuencias del calor, sino que en otras firmas como Oracle también se han registrado paradas en el sistema.

No se han ofrecido detalles sobre la caída, más allá de que provino del cooling, por lo que estaremos atentos a cualquier dato que desde Google puedan ofrecer en próximos días.

Por cierto, el servicio no pudo ser reestablecido completamente hasta las 20:45.