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El Internet de no tantas cosas

POSTED BY Garcerán Rojas 08 de mayo de 2017

El concepto IoT está hoy presente en todos los foros. No hay publicación del sector que abras en la que no encuentres, al menos, una referencia a lo que parece, desde ya hace unos años, un futuro cantado. La tendencia es evidente y el número de dispositivos conectados sigue una progresión espectacular.
Ese futuro está ahí, pero hay que reconocer que las cifras no se están correspondiendo con las previsiones iniciales.

Si nos remontamos a 2010, el CEO de Ericsson, Hans Vestburg, fue uno de los primeros en lanzar a la arena la cifra de 50 billones de dispositivos conectados a internet para 2020 (en la versión anglosajona del billón, es decir, 50.000 millones). Un año más tarde, Dave Evans de Cisco publicó idénticas expectativas a alcanzar en 2020. Esa cifra ha influido notoriamente en todas las previsiones publicadas en los años posteriores.

Pues bien, tomando esos 50 billones como referencia, es decir, sin entrar a considerar la cifra de un trillón planteada en 2012 por IBM como previsión para 2015, la realidad presenta una evolución donde las apuestas están a la baja. Ericsson habla ahora de 28 billones para 2021, mientras que Evans (actualmente CTO de Stringify) plantea una previsión de 30. Y otras firmas están en la misma línea (IHS  Markit 30,7, Gartner 20,8 e International Data Corp 28,1).

Independientemente de estas consideraciones, lo cierto es que cuando aparezcan en el mercado los próximos 10 billones de dispositivos conectados, la industria va a tener que afrontar un importante reto, que tiene varias líneas principales de consideración. Por un lado, la propia seguridad de los dispositivos, por otro, la forma de alimentar esos billones de pequeños elementos y, por último, cómo manejar la ingente cantidad de información inservible.

Cuando alguien tira una cifra al aire que se considera excesiva, hemos tenido siempre un dicho que aplicar en tales casos. Aquello de “MENOS LOBOS CAPERUCITA”. Sin embargo en este caso, a pesar del recorte sustancial en los números, lobos sigue habiendo, y ¡a manta!

Garcerán Rojas