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¿Influencer o influenciabler?

POSTED BY Garcerán Rojas 06 de marzo de 2025

En los tiempos que corren hay una figura (ahora se le dice perfil) que representa el objeto de deseo de un gran número de personas y que no es otro que el de "influencer".

Esa suerte de modelo que arrastra tras de sí colección de seguidores y que, por ello, factura importantes cantidades que lo hacen cada día más grande. O sea, el influyente o influenciador de toda la vida.

Y los hay de varios modelos. A saber:

  • El que enseña algo, a poder ser interesante y útil, que lo mismo va por la línea culinaria como David de Jorge, de organización doméstica como Marie Kondo, o de data center como mi admirado Ken Brill. Su influencia es de suyo natural e indiscutible y, en función del interés de la materia en sí y de sus habilidades de comunicación, será más o menos numerosa. En cualquier caso, que no falte.
  • El que opina, y aquí el ejemplo claro es el del clásico tertuliano”. Ese ser que parece saber de todo hasta que habla de lo tuyo. En función de su trayectoria, la credibilidad que ofrece puede depararle un buen colectivo de seguidores.
  • El que simplemente pasaba por allí, como Forrest Gump, Chance Gardiner o Brian (el de “La vida de Brian”) y que, sin comerlo ni beberlo, se erige en protagonista de forma un tanto accidental
  • El que ya es famoso por otros motivos y presta su figura para promocionar

Pero para que haya un “influencer” ha de existir una buena colección del otro lado del negocio éste, es decir los “influenciablers

No me meto en si menganita de tal se pone la fragancia cuál y automáticamente suben sus acciones en Wall Street, si Donald Trump lanza una criptomoneda y su valor se dispara en cuestión de minutos, o si el último fichaje del equipo de moda decide ponerse los pantalones a modo de turbante y un tatuaje en el trasero y automáticamente media población adopta las nuevas formas como lo más de lo más (en ocasiones este tipo de movimientos ha generado nuevos estilos de servicio, como la proliferación de peluquerías juveniles alternativas)

Lo que me preocupa realmente es si yo encajo en la parte de influencer o, más bien, en la sección de los influenciablers.

Creo que, siendo como soy del Athletic hasta las trancas, por más que Nico Williams se peine con trenzas amarillas, no me veo yo en esa línea. Aunque pudiese hacerlo, que no es el caso por falta, entre otras cosas, de materia prima, dudo mucho que llegaría a dar el paso.

¿Soy yo, por tanto, influencer, o resulto claramente influenciabler, o un poco de ambos?

Como posible influencer, el hecho de que publique con una cierta frecuencia artículos técnicos y de opinión me convierte en ejemplar de la especie. Tanto más cuanto mayor la difusión, y mentiría si digo que no miro el número de likes (aunque huya de escenarios como el retratado en vasos comunicantes) pero no lo hago al afirmar que ello no modifica los contenidos. Como influenciabler, me lo tengo que mirar y hacer autocrítica.

Pero, tanto si eres influencer, como influenciabler, como si representas una mezcla de ambos, lo que te puede aportar un grado extra es ser al mismo tiempo “early adopter”.

En los tiempos que corren, ser Early Adopter es LO MÁS, y si encima lo añades a tu condición de influenciabler, es decir, postularte como “Early Adopciabler” ya resulta LO MÁS DE LO MÁS.

Ser de los 10 primeros en dejarse convencer tiene que petarlo bastante y si, ya, eres el primero, ni te cuento. Lo petas, lo petas mucho.

Garceránides

Garcerán Rojas