En términos generales, este informe incide en los aspectos de los data centers que más destacan, siendo los temas prioritarios este año los relacionados con la resiliencia, la eficiencia, la sostenibilidad y los problemas actuales de la captación y retención de talento, así como de los retrasos en la cadena de suministro.

Como en años anteriores, aprovecharé este espacio para ir comentando, a modo de pequeñas píldoras, algunos de los temas relacionados, y comenzaré para ello con una referencia al consabido asunto de PUE que abre el informe 2022 y cuyo título reza “PUE is in STASIS”, o sea, PUE en ESTASIS (otro día escribiré algo sobre el éxtasis de PUE, cosa bien distinta).

La evolución del parámetro en cuestión durante los últimos años ha sido bastante plana y en 2022 ha seguido una trayectoria muy pareja.

El informe presenta a PUE como la métrica estándar de facto para la eficiencia de un data center, aun reconociendo que ello es una simplificación bastante grosera, habida cuenta de que lo más importante en lo que esa eficiencia se refiere es lo concerniente a la parte de IT.

La media de PUE obtenida este año es 1,55, a pesar de que hay muchos (sobre todo los más nuevos) que presentan niveles de 1,3 e incluso menores.

Aunque es un comentario ya bastante recurrente, resulta curioso recordar cómo desde 2007, año en el que se empieza a monitorizar el dato, la disminución fue muy importante en un principio (hasta 2014) y cómo, a partir de ese año, las mejoras han tenido un carácter simplemente testimonial. Ello se debe sin duda a que las primeras medidas, las más económicas (pasillos fríos y calientes, contención de pasillos, elevación de las temperaturas de consigna, cierre de zonas de mezcla, etc.), fueron implantadas rápidamente y sus frutos no tardaron en ser evidentes. La cosa cambió notablemente en cuanto tuvimos que empezar a hablar de palabras mayores y se vieron las limitaciones tanto técnicas como económicas para seguir adelante.

En relación directa con PUE se encuentra el sistema de climatización y el informe indica cómo, a diferencia de otros sectores industriales, en los DCs sigue primando la refrigeración por aire, incluso en instalaciones nuevas y que, por ello, el previsible incremento de carga térmica en los nuevos servidores puede suponer un claro reto para esa tecnología. El hecho de tener que estrechar el control de las temperaturas, puede deparar un incremento de PUE, rompiendo la tendencia observada hasta ahora.

Para poder continuar en la mejora de la eficiencia los usuarios se verán empujados hacia una refrigeración líquida que contribuirá a mejorar las cifras, y su progresiva incorporación será una constante en el sector, en la medida en que su tecnología vaya madurando

Por último, y en términos de eficiencia global en los DCs, se constata la necesidad para las organizaciones de disponer de métricas adicionales que permitan, entre otras cosas, valorar bien el rendimiento de la parte IT ya que, hasta ahora, no ha existido una idea clara de cómo cuantificar su trabajo dándose además la circunstancia de que poner el foco muy posicionado en el concepto PUE, ha podido desmotivar a los operadores en su camino hacia las posibles mejoras en la eficiencia IT.