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La maldita recurrencia

POSTED BY Garcerán Rojas 21 de marzo de 2025

En muchos accidentes eléctricos, los escenarios se repiten de una forma inexorable

A lo largo de mi trayectoria profesional, e independientemente de si mi dedicación tuviese como campo el ferroviario, el de la protección eléctrica, el de la power quality o el de los data center, hay una cosa que ha sido una constante y es el estudio de los accidentes eléctricos. Me ha tocado analizar casos de todas las formas y colores. Y en ese terreno, una característica que los hace especialmente reseñables es su capacidad para que los escenarios se repitan de una forma inexorable.

En las últimas semanas, sin ir más lejos, hemos podido leer dos casos de fallecimiento en personas que han subido a torres de alta tensión (uno de ellos, muy reciente, con niños como protagonistas), pero ayer nos desayunamos con otro caso de fallecimiento por electrocución, sufrida por un trabajador que, al parecer, se encontraba manejando una grúa que cargaba tejas para la reparación del tejado de un caserío. En un momento determinado, la parte superior de la grúa se acercó, o directamente tocó, una línea de alta tensión (se citan 13 kV en la nota de prensa) lo que desencadenó el choque eléctrico. La persona que manejaba la grúa quedó inconsciente sin que los servicios de emergencias, que acudieron rápidamente al lugar, pudieran hacer nada por salvar su vida.

Puestos a analizar las circunstancias que rodean este caso, tenemos que remitirnos a la aplicación del RD 614/2001 y, en particular, a su anexo 5 que trata de los trabajos en proximidad.

En cualquier trabajo, sea cual sea su naturaleza, se debe realizar, previamente, una serie de comprobaciones, entre ellas la de la posible existencia de puntos de riesgo eléctrico. Para ello, un trabajador autorizado, o cualificado en caso de tratarse de alta tensión, debe verificar previamente la viabilidad del trabajo, pasando a continuación a eliminar los puntos en tensión accesibles o impedir el acceso a los mismos en caso de que no sea posible prescindir de ellos.

Esta actuación implica el análisis de materiales, herramientas y, especialmente, de sistemas de transporte y elevación para los cuales hay que establecer límites específicos de accesibilidad. Si, a pesar de todo ello, no fuese posible garantizar la seguridad, los trabajos deberían ser realizados directamente por el especialista eléctrico o bajo su vigilancia.

Se van a cumplir 24 años de la entrada en vigor de un Real Decreto que marca, sin lugar a duda alguna, cómo hay que preparar los trabajos, y aún hay cosas que se siguen pasando por alto.

¡Maldita recurrencia!

Garcerán Rojas