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PQC

La vuelta a una normalidad nueva

POSTED BY Garcerán Rojas 15 de abril de 2020

Preparémonos para una forma nueva de entender nuestros hábitos del día a día.

Ante la situación en la que nos encontramos, la respuesta de los países en los que desarrollamos nuestra actividad está siendo diferente. Mientras en España, las medidas para la contención de los procesos de infección, aunque tardías, han sido intensas, en otros países no lo han sido tanto.

Por poner un par de ejemplos, en México la orden de aislamiento se produjo en fecha 23 de marzo, pero la actividad no paró completamente, mientras en Chile, las cuarentenas se fueron estableciendo por barrios desde el 26 de marzo, pero las obras principales en la que estamos inmersos no han parado en ningún momento, aunque sí es cierto que se observa una ralentización general de la actividad.

Aquí ya hemos cumplido un mes de encierro domiciliario durante el cual, independientemente de que nos encontremos en un sector crítico y de disponer de los correspondientes salvoconductos, no se nos han presentado situaciones de atención imprescindible por las que hayamos tenido que romper nuestro aislamiento. El desarrollo de los proyectos ha seguido su curso mediante un teletrabajo que ya teníamos muy ensayado previamente, no en vano en los últimos 3 o 4 años se han realizado trabajos simultáneos desde hasta seis oficinas de PQC diferentes.

Sin embargo, la situación empieza a ser poco sostenible, no ya para los trabajos en curso que requieran una presencia en campo, y que hayan tenido que ser diferidos, sino para el resto de la actividad. Los clientes empiezan a moverse y la tendencia general apunta hacia un escenario de reactivación progresiva. Cierto es que, llegados hasta donde estamos, dos semanas arriba o abajo no suponen cambios sustanciales en el conjunto de este desastre, pero lo que sí está muy claro es que una prolongación sine die de las actuales condiciones nos llevaría a volver a decir aquello de que puede resultar <<peor el remedio que la enfermedad>>.

Los expertos, si es que hay de verdad algún experto en esto, describen dos tipos de curva en la progresión de una epidemia. La, digamos, “a lo bestia”, es decir, la que se expande sin contención y que desarrolla un pico de afectados en muy poco tiempo pero que satura todos los servicios de atención sanitaria. Sus consecuencias son tremendas, pero dura poco y se extingue relativamente rápido. Por otro lado, está la versión contenida que frena la expansión a límites aceptables por la capacidad de respuesta del sistema sanitario, pero cuya duración es mucho mayor en el tiempo.

gráfica realizada por el dibujante Toby Morris

La gráfica realizada por el dibujante Toby Morris y difundida en la web neozelandesa The Spinoff, que se viralizó rápidamente en Twitter, y que ilustra de manera muy intuitiva cómo evoluciona la epidemia

En cualquiera de los casos, y dado que ya nos encontramos muy cerca del precipicio, la vuelta a la actividad resulta clave para no terminar cayendo al vacío. Y la forma de hacerlo, mediante una serie de actitudes y comportamientos que, de forma inexorable, han de ir calando en los hábitos de todos y que, me temo, habrán de durar bastante tiempo.

La información está disponible y lo único que se pretende es que, por fin, lleguemos a demostrar que el sentido común sea, realmente, el más común de los sentidos y que de su aplicación surjan situaciones de riesgo controlado, de máxima autoprotección y de protección a terceros.

Quizá sea hora de aplicar la matriz Eisenhower para priorizar aquello que sea verdaderamente urgente e importante. Pero de esto hablaremos en otra ocasión.

Mientras tanto, preparémonos para una forma nueva de entender nuestros hábitos del día a día. Seguro que habrá cosas que supongan un considerable avance. A la fuerza, pero avance, al fin y al cabo.

Garcerán Rojas