De esos 10, a 3 se les asigna un grado máximo de severidad. Uno en USA (Federal Aviation Administration), otro en Japón (KDDI) y un tercero en Corea del Sur (Kakao).

Los dos primeros han sido ocasionados por la parte de IT (configuración de software y configuración de red respectivamente) y el último por incendio de las baterías.

Sobre los de la parte de IT nada tengo que opinar, más allá de constatar un notable crecimiento en las caídas por esa causa.

En cuanto al relacionado con la parte electromecánica, sus consecuencias inmediatas han sido, entre otras, la renuncia del CEO y una investigación del gobierno, al margen de multitud de acciones legales emprendidas por los afectados.

En un caso como este siempre existe una lista, más o menos amplia, de “señalados” pero, para este caso particular, y sin que sirva de precedente, quiero expresar mi apoyo a quienes hayan podido estar involucrados en el suceso y declarar ante quienes puedan tener en su mano el destino inmediato de estos profesionales, que, en un data center que lleva por nombre “Kakao”, ni su diseño ha tenido que ser fácil ni sencilla la manera de operarlo y mantenerlo.

¡Dicho sea en su descargo!