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PQC

Más fuego en la nube

POSTED BY Garcerán Rojas 03 de mayo de 2023

Nos hacíamos eco hace unos días de uno de los casos de caída de data center con más repercusión mediática en los últimos meses. Se trataba del data center de Kakao en Corea, donde se produjo un incendio, originado en la sala de baterías, que derivó en la caída general del centro.

No han pasado ni un par de semanas, cuando, casi sin solución de continuidad respecto del citado comentario, se ha producido un nuevo incidente, consistente en el incendio acaecido en las instalaciones del data center de Global Switch en París, desde donde se da servicio a múltiples clientes entre los que se encuentra, nada más y nada menos, que Google.

Las primeras explicaciones sobre el suceso apuntan a un fallo en una bomba del circuito de refrigeración con consecuencia de fuga de agua y afección a la sala de baterías donde se produce un incendio que obliga a interrumpir el servicio, al parecer de forma parcial, ya que muchos sistemas permanecieron operativos.

Los responsables han declarado que “el sistema antiincendios funcionó según se encontraba diseñado y que no ha habido daños personales”.

Llevamos muchos años manteniendo viva una estadística de caídas en los centros de datos y lo cierto es que hasta hace relativamente poco tiempo la proporción de veces en las que un incendio era la causa primaria del siniestro era más bien escasa por no decir insignificante.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, ese registro se está empezando a llenar de ejemplos concretos.

En 2021, el tremendo caso de Cyber1 en Yakarta donde hubo varios fallecidos y el de OVH en Estrasburgo al que le dedicamos bastante tinta en su momento. En 2022, además del de Kakao, el también comentado en estas páginas de Google en Iowa, entre otros. Y ya en 2023, y relativamente próximos entre sí, el muy reciente de París y el de Maxnod, hace algo más de un mes, cerca de Lyon y que arrasó el centro.

De los seis casos, al menos cuatro están relacionados con las baterías y dos de ellos con la introducción del agua como presunto agente agitador y eso ya sí que supone un considerable cambio de tendencia.

La reiteración de este tipo de sucesos nos debe recordar:

En primer lugar, la vulnerabilidad de un entorno de misión crítica en contraposición a esa idea actual de que lo técnico se encuentra resuelto para, en segundo lugar, ponernos en alerta sobre la protección contra incendios en general, desde el hecho de atacar su raíz, hasta el de seleccionar los medios de detección y extinción acordes siempre con el entorno del que se trate, alcanzando todo ello no sólo al diseño y construcción sino, de forma muy notoria, a la etapa de operación y mantenimiento.

Veremos, por otra parte, si sobre los casos de referencia existe, en lo sucesivo, una mayor información que nos permita establecer patrones fiables, sobre todo en el caso de las baterías, en esta relación causa efecto que andamos buscando todos. Si no, no tendremos manera de parar esta nube de fuego.

Garcerán Rojas