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PQC

Nuevas tecnologías para climatización supercool en entornos de confort

POSTED BY Garcerán Rojas 12 de marzo de 2018

¿Por qué climatizar todo un edificio cuando sus ocupantes podrán hacerlo de forma individual creando su propia burbuja?

Dentro de nuestro sector de los data center estamos muy habituados a recibir nuevas propuestas de climatización de precisión en el entorno de salas IT y recintos ocupados por elementos de la infraestructura que los soporta y, por ello, perdemos un poco la visión sobre los sistemas de climatización más generales dedicados a otros entornos de confort como pueden ser los de grandes edificios comerciales o los propios domésticos y que quizá no tardemos mucho en verlos de nuevo en el interior de las salas IT.

En esos terrenos, donde existe la eterna problemática asociada al hecho de tener que climatizar grandes espacios que muchas veces resultan innecesarios, siempre ha sido un claro objetivo mover el control del clima desde el edificio en sí hacia el entorno personal del usuario.

Este camino hacia el mejor aprovechamiento de los recursos va unido al hecho de que el número de viviendas equipadas con aire acondicionado va a incrementarse desde un 13% actual hasta un 70% a final de siglo y para hacerlo funcionar se necesita electricidad, una enorme cantidad de energía eléctrica.

El gran problema que se pretende resolver es el de esa elevadísima cantidad de energía utilizada para calentar y enfriar edificios donde apenas hay presencia de personas. Cuando se activa una calefacción o un aire acondicionado, se está cambiando la temperatura de una estructura completa cuando, en realidad, lo que preocupa al personal es el microclima que le rodea. Además, si a esto le unimos el hecho de que un grupo de personas quiera más calor mientras otro grupo pretenda más frío, uno de los dos colectivos, o ambos a veces, están condenados a sufrir.

Una excelente aproximación para encontrar vías de solución es el desarrollo de tecnologías encaminadas a un control de temperatura mucho más focalizado y adaptado al usuario. ¿Por qué climatizar todo un edificio cuando sus ocupantes podrán hacerlo de forma individual creando su propia burbuja?

La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (ARPA) incluyó en su informe anual, tres soluciones tecnológicas sobre las que se está trabajando en la actualidad. Las tres están en fase de pasar de nivel prototipo a realidad comercial en fechas relativamente próximas.

  • La primera es el robot RoCo (Roving Comfort). Se trata de un robot que te sigue por medio de una señal en tu teléfono móvil y dirige el aire hacia las partes de tu cuerpo más sensibles a los cambios térmicos.

Las limitaciones en elementos como el indicado están en dónde soltar el calor absorbido. La solución que se está empleando es la utilización de un tanque de cera parafinada, que absorbe el calor fundiéndose. En los periodos de inactividad, el sistema radia el calor absorbido y la cera se vuelve a solidificar.

La autonomía que se ha conseguido hasta el momento es de 2 horas, aunque se está mejorando mediante la utilización de grafito. En una posible aplicación doméstica, con esta tecnología, el consumo total se podría reducir hasta en 7 veces.

Las primeras comercializaciones están previstas, en principio, para este mismo año.

  • La segunda solución tecnológica es la silla inalámbrica de control climático, en donde no se trata de acondicionar el aire sino directamente el cuerpo, disponiendo de ventiladores en respaldo y asiento. A plena potencia consume 14 W en calefacción y 4 W en refrigeración, disponiendo, además, de unos sensores de presencia que evitan consumos innecesarios.

En las pruebas, incluso con temperaturas ambientales de 300C, los usuarios han declarado su satisfacción por tener una sensación térmica equivalente a 230C. Tras 16 meses de pruebas, se estima que los ahorros que puede deparar esta solución pueden alcanzar un 60%.

Existe una versión enchufable, la Hyperchair, pero quizá uno de los inconvenientes que tiene es que el usuario se acuerde de conectarla para la recarga de las baterías. Por ello, están también en fase de desarrollo versiones donde la carga se puede hacer por procedimientos inalámbricos, fundamentalmente con el uso de campos magnéticos resonantes.

Si hay una parte del cuerpo que influye más en la sensación térmica general, esos son los pies. Junto a las palmas de las manos y a ciertas partes de la cabeza, las plantas de los pies están compuestas de un tejido altamente vascularizado que resulta el radiador del cuerpo. Calentar los pies es un hábito al uso, pero enfriarlos es harina de otro costal, ya que se trata de montar un sistema completo en el calzado.

El proyecto Reboot consiste en una fina plantilla con canales de agua recorriéndola. El agua absorbe el calor generado y se bombea a unos radiadores y ventiladores “escondidos” en la planta del zapato, donde también se hallan las baterías y la electrónica de control.

Actualmente, se está trabajando con alternativas más pequeñas y eficientes, que sustituyen a los ventiladores, como materiales electroactivos oscilantes o elementos de bombeo a base de polímeros electrocalóricos de estructura semicristalina.

Probablemente aparezcan en breve nuevas iniciativas, pero durante los próximos meses estaremos, al menos, pendientes de la evolución de las aquí mencionadas.

Ref. Evan Ackerman. IEEE

 

Garcerán Rojas