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PQC

Las paradas planificadas en un data center.

POSTED BY Garcerán Rojas 18 de agosto de 2023

Quienes llevamos ya muchos años en esto de las infraestructuras electromecánicas de los data centers, hemos estado muy acostumbrados, en la consultoría preliminar, a hacerle al cliente dos preguntas clave.

La primera es si tiene previsto realizar paradas de mantenimiento y la segunda, en qué medida puede aceptar la aparición de caídas no planificadas

Resulta obvio comentar que la respuesta a la primera pregunta ha sido, con el paso de los años, cada vez más categóricamente negativa: ¡Aquí no podemos parar! De esta manera hemos llegado a una situación donde ya ni siquiera planteamos esta cuestión y donde raro es el data center donde la mantenibilidad concurrente no sea una prescripción mínima de partida.

Respecto de la segunda pregunta, también es obvio indicar que, si no se puede permitir plantear una parada organizada, qué decir tiene si la parada sobreviene de manera aleatoria.

Con este telón de fondo, el tema de las caídas de data center ha sido un constante campo de interés para nosotros, siendo, eso sí, nuestro alcance, el meramente electromecánico y en todos los casos tratándose de caídas fortuitas, nunca desconexiones programadas (en estos más de 25 años sólo en muy contadas ocasiones hemos sido requeridos para participar en ventanas de actuación que supusieran parada del sistema, más bien todo lo contrario, es decir, lo que hemos dado en llamar actuación en caliente o, dicho de otra forma, el cambio de motor del avión en pleno vuelo).

Por otro lado, tenemos el gran y principal campo asociado a la continuidad del servicio y, con ello, del negocio, que es la parte puramente IT. Cada vez se incluye más en los estudios sobre causas de caídas (de los tres más severos con mayor repercusión pública del año pasado dos han sido atribuidos a razones IT ver “Las tres caídas de data center más sonadas de los últimos meses”), pero lo cierto es que nuestra visión de esa parte ha sido, históricamente, oscura y escasa.

Por ello, cuando tenemos acceso a algún informe que clarifique la situación, lo leemos con avidez como es el caso de un análisis realizado por la firma Forrester para IBM hace unos pocos años, justo antes de la pandemia. El estudio llevaba por título “Los costes reales de las paradas planificadas y no planificadas” y fue realizado con 100 directores de IT de grandes empresas en USA. Pues bien, sin entrar en los abundantes detalles recogidos en el mismo, lo que queremos resaltar es la aparición del concepto, ya olvidado por nosotros, de la “ventana de actuación” con parada planificada.

Una primera y curiosa apreciación es que, debido a que las paradas planificadas son programadas, monitorizadas y controladas, una idea bastante extendida es que esta pérdida de disponibilidad no deriva en pérdidas para el negocio. Sin embargo, resulta todo lo contrario.

El estudio valora las pérdidas asociadas a estas actuaciones, asignándoles un valor sólo superado en un 35% por las consecuencias de las caídas no planificadas. Además, por encima de un 61% de los casos examinados acometen estas actuaciones con carácter bimensual o trimestral, siendo su duración y coste medios de 224 minutos y 1,5 millones en el último trimestre y de 830 minutos y 5,6 millones en el último año. Debido a estos elevados costes, algunas organizaciones se ven tentadas a evitarlas. Sin embargo, eliminar las paradas necesarias para modificaciones, reparaciones y mejoras, también en el lado IT, supone asumir un elevado riesgo de tener mucho más cerca la parada no planificada.

Los líderes IT de las organizaciones están proponiendo mejoras en sus sistemas encaminados, fundamentalmente, a la mejora de los tiempos de recuperación. Recoge el informe Forrester la cifra del 28% como primer objetivo para las paradas planificadas y del 16% para las no planificadas.

En definitiva, como visión global del tema, lo que sí nos queda claro a los del otro lado es que “en todas partes cuecen habas” y que el asunto IT, aunque pueda estar cubierto para nosotros de un cierto halo de mística y de una jerga que, no sólo no dominamos, sino que ni siquiera intuimos, sí que tiene un peso importante en la continuidad del servicio y que cuanta mayor la claridad de la información, mejor para todos. 

 

Garcerán Rojas